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Las Finanzas

 

El cristiano y sus bienes

Dios es nuestro socio

Por Juan Carlos Ortiz

Primera frase: ¿De quién son los bienes que poseemos?

1. EL CAPITALISMO afirma que los bienes son del individuo que se los gana con su inteligencia y esfuerzo y que él puede hacer lo que quiere con ellos.

2. EL SOCIALISMO afirma que los bienes no son del individuo sino de la sociedad y el Estado debe repartirlos equitativamente.

3. LAS SAGRADAS ESCRITURAS dicen que los dueños de los bienes de esta tierra no son ni los individuos ni la sociedad sino Dios. Nuestro credo dice: "Creo en Dios Padre, Todopoderoso, creador del cielo y de la tierra..." Cuando aparecimos en el mundo, todo ya estaba creado, ni el individuo ni el gobierno crearon algo. Utilizamos los materiales ya existentes para fabricar cosas, con la inteligencia que también Dios nos dio.

A. ¿QUÉ DICEN LAS ESCRITURAS?

1. "En el principio creó Dios los cielos y la tierra..." Génesis 1:1.

2. "Porque en él fueron creadas todas las cosas, tanto en los cielos como en la tierra, visibles e invisibles; ya sean tronos o dominios o poderes o autoridades; todo ha sido creado por medio de Él y para Él. Colosenses. 1:16-17.

3. "Del Señor es la tierra y su plenitud, el mundo y los que en él habitan". Salmo 24:1.

4. "He aquí del Señor tu Dios son los cielos y los cielos de los cielos, la tierra y todo lo que hay en ella" Deuteronomio 10:14.

5. "la tierra no se venderá a perpetuidad, pues la tierra es mía; vosotros sois solo forasteros y peregrinos para conmigo" Levítico 25:23.

6. "Porque ninguno de nosotros vive para sí ni muere para sí... si vivimos o si morimos, somos del Señor" Romanos 14:7-8.

7. Cuando el ser humano apareció en el mundo, todo ya estaba. No creamos nada, simplemente utilizamos los materiales ya existentes, creados por Dios y fabricamos cosas, con la inteligencia que también Dios nos dio. Él creó todo de la nada. No pidió nada prestado a nadie. Hizo todo con su sabiduría y sus planes. El nunca transfirió ni vendió su propiedad a nadie. El hecho de que Él mantiene y preserva su propiedad, es el argumento más grande de sus derechos de propietario. ¿Quién vende una casa y luego va cada año a hacer las reparaciones?

8. ¿De quién es tu terrenito? Cuando los conquistadores llegaron a América, los aborígenes estaban en esta tierra de Dios. Los conquistadores despojaron a los indígenas, se hicieron títulos de las tierras, las vendieron y una parte llegó a ti. ¡Nuestro terrenito es robado! Tú dices, ¡pero yo tengo la escritura de propiedad! Pero, ¿a quien se lo compraste tú? Y ¿a quien se lo compró él? Y ¿quien tiene la escritura donde dice que "Dios le vendió a fulano....?" Los bienes no son ni del individuo ni del estado, ¡son de Dios!

3. ¿Has estado en algún funeral? Al morir todos descubriremos que nada era nuestro. Todo queda aquí, I Timoteo 6:7. Ni nosotros somos nuestrosRomanos 14:7-9. Cuando llegue el fin del mundo, Dios quemará la tierra, sin pedirle permiso a nadie porque es de Él 2 Pedro 3:10.

B. ¿PORQUE TENEMOS TODA AUTORIDAD SOBRE LOS BIENES DE DIOS?

1. Vendemos, compramos, permutamos, pintamos, rompemos, regalamos, en fin, tenemos toda la autoridad sobre lo que tenemos. ¿Por qué tenemos tanta autoridad sobre los bienes si no son nuestros?

2. Dios nos hizo a nosotros sus socios, mayordomos o administradores de todos sus bienes. Desde el principio nos puso en el Jardín del Edén para que se lo cultivemos. Dios les dijo a Adán y a Eva: "Multiplicaos, llenad la tierra y sojuzgadla.... pueden comer de todos los árboles del huerto libremente, pero del árbol del conocimiento del bien y del mar no comeréis...." Génesis 1:28, 2:16-17. El árbol prohibido era para recordarnos constantemente, que aunque nos dio autoridad sobre todo, él se reserva el derecho de propiedad. Siempre tenemos que rendir cuenta a Dios.

3. Un Mayordomo es uno que administra los bienes de otro. Veamos un ejemplo concreto de lo que es un Mayordomo: José fue vendido por sus hermanos a un mercader de esclavos, estos lo llevaron a Egipto y lo pusieron a la venta en el mercado. Veamos como sigue su historia: "Cuando José llegó a Egipto como propiedad de los mercaderes Ismaelitas, fue comprado por Potifar, capitán de la guardia personal del Faraón y oficial muy importante. El Señor bendijo mucho a José en la casa de su amo, de modo que tenía éxito en todo lo que emprendía. Potifar comprendió que el Señor estaba con José de una manera muy especial, y José llegó a ser su persona de confianza. Pronto estuvo a cargo de toda la administración de la hacienda y todos los negocios de Potifar. Inmediatamente Dios comenzó a bendecir a Potifar por amor a José. Todos los asuntos de su hacienda comenzaron a prosperar, sus cosechas aumentaron y se multiplicó su ganado. Entonces Potifar le entregó a José la responsabilidad administrativa de todas sus posesiones. Con José en ese cargo no se preocupaba de cosa alguna sino de comer. Además de las cualidades mencionadas, José era un joven bien parecido" Génesis 39:1-6.

Cuando Potifar lo compró, como era muy jovencito, primero lo puso a hacer cosas sencillas, como los mandados y la limpieza de la casa. Pero cada cosa que hacia José, era prosperada. Por fin Potifar lo puso sobre todos sus bienes, tanto en la casa como en su rancho. José llegó a ser el mayordomo de Potifar y estaba sobre todos sus negocios. Quien lo veía a José haciendo transacciones y firmando los cheques, pensaba que José era un hombre muy rico. Pero era un siervo, Potifar era su dueño. La fortuna que administraba, no era suya, sino de su amo, quien estaba muy contento y lo trataba muy bien. ¡Seguro que José vivía en una hermosa casa y tenía sirvientes! Pero no era dueño de nada, era mayordomo. Gozaba las riquezas de su patrón, quien estaba encantadísimo con él. Cuanto más le hacía ganar al patrón, el patrón más le daba a él.

4. Nosotros, como José, somos Mayordomos de Dios. Él puso esta tierra en nuestras manos, nos dio un cerebro con inteligencia y la capacidad de aumentarla, nos dio fuerza física y la capacidad de aumentarla, nos dio riquezas espirituales, como la Iglesia, la oración, las Sagradas Escrituras, etc. y nos dio posesiones materiales, poco o mucho todos tenemos algo y tenemos la capacidad de multiplicarlas. Somos mayordomos. Si administramos bien y multiplicamos lo que nos da, nos dará más para administrarle Mateo 25:14-30. Todos recibimos mucho del Señor. Un día nos encontraremos y tendremos que explicarle como administramos todo lo que nos dio. Este curso de Mayordomía Cristiana es precisamente para orientarnos. Cuando aprendemos a administrar los bienes de Dios de acuerdo a su voluntad, los valores cambian y comenzamos a prosperar. Dios prometió dar más riquezas al que administra mejor. La mayordomía es la clave para la prosperidad espiritual, física, económica y material.

5. Lo que Adán hizo al extender su mano tomando lo único que le estaba vedado fue usurpar los derechos de Dios. Nosotros heredamos esa actitud y también le robamos a Dio lo que él nos prohibió tocar. Para muchos, Dios no figura en las decisiones de la vida, creemos que podemos sin él. Pero al convertirnos, volvemos a poner a Dios en su lugar y reconocer que Él es el dueño de todo lo que somos y tenemos. Eso es parte de nuestra conversión. Debemos agradecer a Dios de habernos hecho mayordomos de todo. También debemos prometerle una administración sabia y hacerla conforme a su voluntad.

6. La mayordomía no es opcional. No podemos elegir si queremos ser mayordomos o no. Somos mayordomos lo aceptemos o no, creyentes y no creyentes. Dios no nos está invitando a hacernos mayordomos sino aclarándonos que lo somos. Al morir nos daremos cuenta de esta realidad. Te invito a reconocerlo y corregir actitudes equivocadas. Devolvamos los derechos de lo que tenemos al Señor.

C. CONSIDEREMOS LA PARÁBOLA DEL DINERO. Lucas, 19:12-27.

1. El hombre noble que se fue a recibir un reino, es Jesús. Los que no lo quisieron aceptar como Rey representan a los que hoy día lo rechazan, él los castigará al volver. Esto nos habla de la fin del mundo y la suerte que le tocará a los infieles. Los diez siervos, o mayordomos somos todos los creyentes. A todos nos dio algo para administrar, nuestro cuerpo físico, el intelecto, cosas espirituales y cosas materiales. Él espera que nosotros usemos lo que él nos dio y que lo multipliquemos para su gloria.

2. Uno de los mayordomos, no quiso administrar para su amo. Escondió la riqueza que tenía que administrar y trabajó solo con su dinero y para él. Éste fue severamente reprendido y castigado. Entre los mayordomos fieles, aunque algunos administraron mejor que otros, todos fueron recompensados. El que había administrado mejor y tenía más, el patrón le quitó lo poco que le había dado al mayordomo infiel y se lo dio al que tenía más. Jesús no le quito al pobre para darle al rico. Le quita al que administra mal para darle al que administra bien. Las riquezas no eran ni del uno ni del otro, eran del Patrón. El patrón premia al que le administra bien. Tenemos que aprender a administrar lo que tenemos, a cuidarlo, a usarlo para cosas nobles y ahorrar.

CONCLUSIÓN: AHORA, QUE HAREMOS ?

1. Si sentimos convicción, y creemos que nos hemos apoderado violentamente de los bienes sin dar cuenta al Dueño, arrepintámonos y cambiemos de actitud. Devolvamos a Dios no solo nuestra vida sino todo lo que poseemos prometamos aprender como administrar según su voluntad.

2. Dios nos da porque nos ama y espera que administremos bien porque nos confía. Devolvamos ese amor y no defraudemos su confianza. Entonces tendremos más para administrar. Si administras bien tu auto viejo, él te dará uno nuevo, si administras bien el Cadillac, el te dará un Mercedes… Administrarlo bien es usarlo como Dios quiere. Debemos usar los bienes que tenemos de tal manera y con tal cuidado, que se note que sabemos que son ajenos. También la gente que nos rodea se dará cuenta que nuestra relación a los bienes es diferente y será un buen testimonio para ellos.

ORACIÓN.

Señor, reconozco que tú eres el Dueño de todo cuanto creaste y de mi vida. Gracias por la autoridad que me diste sobre tus bienes. ¡Cuánto me confiaste! Perdón por haberme aprovechado de tu confianza. Perdón por arruinar los ríos, los océanos y lagos, las selvas, el aire, y aún el cuerpo que me has dado comiendo y bebiendo como no te agrada, al saber que soy mayordomo tendré mas conciencia de lo que hago no solamente con mi cuerpo, que es tuyo, sino con toda la naturaleza. Estudiaré con mucho cuidado este curso de Mayordomía Cristiana, base y fundamento de toda la vida y prometo obedecerte a Ti, en el Nombre de Jesús. Amén.

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