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Consejos prácticos cuando no tienes empleo

trabajo

Introducción
Pon tu confianza en Dios
No culpes a otros
Trata de hallar el propósito
Pasa tiempo con Dios
Pasa tiempo con tu familia
Otros consejos prácticos

Trata de hallar el propósito de Dios para tu falta de trabajo.
Por Luis Palau

 
«Gloria de Dios es ocultar un asunto, y gloria de los reyes el investigarlo», dice Proverbios 25:2 y según el Nuevo Testamento, los creyentes son reyes y sacerdotes. Por lo tanto es nuestra «gloria» tratar de entender lo que Dios está haciendo en nuestras vidas. Todos ansiamos una respuesta racional a nuestras circunstancias y dado que sabemos que Dios no es irracional, creemos que nuestras experiencias en la vida tienen algún significado. Queremos entenderlas si podemos.



Estoy seguro de que uno de los héroes del Antiguo Testamento pasó mucho tiempo «investigando» la razón que estaba detrás de todas las penurias brutales de su vida. La historia de José ocupa casi un tercio del libro de Génesis, lo cual indica que es de gran importancia. Los capítulos del 37 al 50 describen una familia en la que un cóctel mortal de celos, amargura y enojo finalmente llega al punto de ebullición y termina en traición y por poco en homicidio. Los hermanos de José lo venden como esclavo y durante varios años le sobreviene una calamidad tras otra. Lo acusan falsamente de violación y lo meten preso injustamente, donde languidece por un tiempo.

José debe haber pensado: Dios ¿qué estás haciendo? ¿Por qué me abandonaste? ¿Qué te traes entre manos? Para los espectadores sin duda Dios había abandonado a José, se había olvidado de él, lo había desechado. Sin embargo, a su tiempo, el Señor usó las circunstancias adversas de este joven para un gran propósito. El propio José finalmente llegó a verlo después de que Dios lo elevó al poder en la tierra de su cautiverio. Cuando sus hermanos traicioneros (y temerosos) volvieron a él años después, les dijo: «Es verdad que ustedes pensaron hacerme mal, pero Dios transformó ese mal en bien» (Génesis 50:20). El salmista nos ofrece una reflexión más profunda acerca de los propósitos de Dios cuando escribe: «Pero envió delante de ellos a un hombre: a José, vendido como esclavo. Le sujetaron los pies con grilletes, entre hierros le aprisionaron el cuello hasta que se cumplió lo que él predijo y la palabra del SEÑOR probó que él era veraz» (Salmo 105:17-19).

Dios puede estar haciendo muchas cosas en nuestra vida al permitir que perdamos un trabajo. Pero una cosa es segura: como un padre con su hijo, Dios está moldeando nuestro carácter Entonces tenemos que preguntarnos: «¿Qué parte de mi carácter necesita trabajo?»

Los que sirven al Señor Jesucristo pueden descansar en la seguridad de que Dios nunca va a malgastar sus sufrimientos ni permitir que sufran sin sentido alguno. Creo que hay un propósito detrás de todo lo que toca nuestras vidas y nuestra tarea es hallar ese propósito en lo posible. Si de repente nos despiden, podemos decir: «Creía que era un buen trabajo pero Dios sabe lo que más conviene. Debe haber algo mejor para que yo haga en vez de trabajar para esta compañía. Ahora debo descubrirlo».

¿Recuerdas a mi amigo que perdió su puesto después de trabajar veinticinco años para la compañía? Dios tenía un mejor propósito para él: un ministerio fabuloso que jamás había previsto. Un día la iglesia le propuso un puesto para trabajar con los ancianos. La iglesia nunca pensó proponérselo cuando él tenía un «puesto importante» pero ese parecía ser el momento justo. ¡Y lo era! Sintió que había llegado al cielo cuando la iglesia le abrió las puertas para ministrarle a los ancianos. Nunca había vislumbrado una carrera tan placentera cuando dejó el mundo de los negocios a los cincuenta y tres años.

Muchos años atrás, antes de fundar la Asociación Evangelística Luis Palau, a mí también me despidieron. Gracias a Dios, para ese entonces ya había aprendido estos principios y de inmediato traté de ponerlos en práctica. Durante casi tres meses, a menudo me sentaba en una mecedora tratando de resolver: ¿Por qué Dios permitió que pasara esto? Tiene que haber una razón. Mientras tanto tuve que seguir adelante, e íbamos dando tumbos de un lado a otro tratando de construir el equipo desde cero. Pero seguía pensando: Dios está tratando conmigo y con mi alma en medio de todo esto. Está tratando de enseñarme algo que no hubiera aprendido de ninguna otra manera. Él no lo haría simplemente porque le dio la gana. Él no estaba mirando para otro lado cuando esto sucedió. Creo que Dios tiene un propósito y tengo que saber cuál es.

Esa experiencia no solo condujo a la creación de nuestro equipo sino que también hizo que me diera cuenta de que tenía que caminar más humilde con mi Dios. Me sacudió y demolió todo orgullo por mis habilidades, mi gracia o mi capacidad para ganarme a la gente. Dios sí tenía un propósito en lo que permitió que sucediera... y él quería que lo descubriera.

 

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