EL uso del dinero en el creyente Búsquedas en Avanza Por Más

Las Finanzas

 

Consejos prácticos cuando no tienes empleo

trabajo

Introducción
Pon tu confianza en Dios
No culpes a otros
Trata de hallar el propósito
Pasa tiempo con Dios
Pasa tiempo con tu familia
Otros consejos prácticos

NO CULPES A OTROS POR TU DESEMPLEO
Por Luis Palau

 
Un seguidor de Jesús genuino que de repente queda «reestructurado», suspendido o despedido debería considerar ese incidente como proveniente de Dios y no de una tercera persona. Olvídense de los intermediarios. Terceras partes pueden tener responsabilidad pero que les echen la culpa es un error fútil que produce amargura.

En cambio, es imperioso considerar sus circunstancias como provenientes de la mano de Dios mismo. Observa que no dije «échenle la culpa a Dios» sino «acepten su situación como si viniera de Dios». Hay una gran diferencia.

Este patrón lo vemos varias veces en los Salmos. Los hombres fieles pueden sufrir el ataque de sus enemigos o el embate de los elementos naturales pero la constante es que ven a Dios como el soberano del universo que permitió que esas pruebas se cruzaran en su camino. «Nos hiciste retroceder ante el enemigo; nos han saqueado nuestros adversarios», clama el salmista. «Cual si fuéramos ovejas nos has entregado para que nos devoren, nos has dispersado entre las naciones. Has vendido a tu pueblo muy barato, y nada has ganado con su venta ... Todo esto nos ha sucedido, a pesar de que nunca te olvidamos ni faltamos jamás a tu pacto» (Salmo 44:10-12,17). «Has sometido a tu pueblo a duras pruebas; nos diste a beber un vino embriagador», escribe (Salmo 60:3). «Tú, oh Dios, nos has puesto a prueba; nos has purificado como a la plata», declara (Salmo 66:10). «Me has echado en el foso más profundo, en el más tenebroso de los abismos», le dice a Dios. «El peso de tu enojo ha recaído sobre mí; me has abrumado con tus olas» (Salmo 88:6-7).

Amós, profeta del Antiguo Testamento, sigue un razonamiento similar cuando escribe: «¿Ocurrirá en la ciudad alguna desgracia que el SEÑOR no haya provocado?» (Amós 3:6). El patrón continúa en el Nuevo Testamento. «Lo que soportan es para su disciplina», nos anima el autor de Hebreos, «pues Dios los está tratando como a hijos.

¿Qué hijo hay a quien el padre no disciplina? Si a ustedes se les deja sin la disciplina que todos reciben, entonces son bastardos y no hijos legítimos ... pero Dios lo hace para nuestro bien, a fin de que participemos de su santidad» (Hebreos 12:7-8,10).

No pierdas el tiempo culpando a los intermediarios por estar sin trabajo. Algún superior puede tener la responsabilidad de tu apuro pero si eres un creyente en Cristo, no te sucede nada que no pase primero por las manos de Dios. No importa cuál sea la prueba; considérala parte de su disciplina para ayudarte a ser más como Jesucristo.

Introducción
Pon tu confianza en Dios
No culpes a otros
Trata de hallar el propósito
Pasa tiempo con Dios
Pasa tiempo con tu familia
Otros consejos prácticos

+ Volver a Finanzas y economía

 

 

 

 
enlaces patrocinados