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“Paz perfecta"
Por Dr. Juan C. Ortiz |
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La paz con nuestra conciencia, es la base de nuestra felicidad y el secreto para la salud física, emocional y espiritual. |
Jesús decía siempre al llegar: "Paz a vosotros". Cuando envió a los discípulos casa por casa les instruyó que al llegar bendijeran la casa diciendo "la paz sea sobre esta casa". Antes de irse a la gloria dijo: "Mi paz os dejo, mi paz os doy, no como la da el mundo".
- EN EL MUNDO NO HAY PAZ
- "Los impíos son como el mar agitado, que no puede estar quieto, y sus aguas arrojan cieno y lodo. No hay paz para los impíos, dice Dios" Isaías 57:21. Mire las noticias y vea como está el mundo: asaltos, tiroteos, guerras, odios. Mire las películas, la televisión con movimientos rápidos de los videoclips, luces que se mueven prenden y apagan, las letras de las canciones, todo para excitar las pasiones violentas. Aún el sexo, expresión máxima del amor y ternura romántica se ha hecho violento. Los jóvenes que andan con cadenas, tatúes, cada vez más perforaciones en su cuerpo, Todo es violencia.
- Las relaciones familiares se han vuelto violentas, entre alumnos y maestros, entre políticos. Y qué diremos de nuestra amada América Latina done ya no se puede caminar por las calles sin que lo asalten. Las puertas y ventanas son ahora de hierro porque los que roban y matan se han multiplicado, secuestran niños para vender sus órganos o para pedir rescate. Sí, los impíos son como el mar agitado. No hay paz para los impíos. Y la intranquilidad del mundo está afectando a la Iglesia.
- ¿Dónde comienza esta intranquilidad, ansiedad, temor, celo, envidia, resentimiento, odios y rencores? ¡Dentro de cada persona! Mateo 15:19. Es imposible tener una sociedad sana con individuos enfermos. Ni una comunidad feliz con individuos infelices. No hay iglesia alegre con familias tristes. La esperanza del mundo es la Iglesia, porque se ocupa de los valores internos del individuo y de una conversión personal. Las células donde cada persona es valorada y se enfatiza la responsabilidad familiar y social. La Iglesia enseña la moral y las buenas costumbres.
- Jesús: "Vosotros sois la luz del mundo y sal de la tierra, si la sal se desvaneciere, no sirve para nada, sino para ser pisoteada por los hombres" Mateo 5:13. No podemos ser neutral. O salamos o nos salan, influenciamos al mundo o el mundo nos pisotea. Fríos o calientes Apocalipsis 3:16, recogemos o desparramamos Mateo 12:30, en favor o en contra Lucas 11:23, adelantamos o retrocedemos, empujamos o nos empujan, le arrebatamos almas al diablo o él nos arrebata las almas a nosotros. No se puede ser neutral. El mundo es agresivo. Agrede por televisión, propagandas, revistas, videos, diarios, las noticias, escuelas, libros, artistas, política, etc. Una Iglesia que no es agresiva, el mundo se la devora. Pero todo empieza dentro de cada uno de nosotros, en los individuos.
- LA GUERRA INTERIOR
- La conciencia es el espíritu humano, el termostato de nuestra vida y es invisible como su Creador. No aparece en una radiografía, rayo X, ultrasonido o MRI, como el aire, como Dios. Es un jurado interior que aprueba y desaprueba nuestros pensamientos y acciones. Si está bien ilustrada es la regla del deber. Pero muchas conciencias no funcionan bien porque las hemos violado y se han arruinado. No hay taller mecánico que las arregle, solo Dios mismo, su Creador. Cuando robamos, mentimos, desobedecemos a Dios en el sexo, alcohol, droga, mentiras en los negocios, mal comportamiento en el hogar, todo lo malo y lo seguimos haciendo, es señal que la conciencia no funciona, se ha cauterizado 1 Timoteo 4:2. Si esta es tu condición, debes venir a Dios hoy mismo para que te haga nacer de nuevo. La cárcel no es la solución, salen de ella transformados solo los que encuentran a Dios allí, los que no, salen como entraron. Ven aquí al frente y pide oración para que aquí, en este lugar santo y en este día santo, Dios te haga nacer de nuevo con una conciencia o corazón nuevo.
- Jesús prometió que el Espíritu Santo guiaría nuestra vida desde nuestra conciencia Romanos 9:1. Esta guía es a través de un continuo diálogo con la conciencia que es como conversar con uno mismo y con Dios. Mi conciencia es mi verdadero yo y cuando invito al Espíritu Santo, mi conciencia se hace uno con Él. Ese continuo diálogo con el Espíritu de Dios que está en mi conciencia es orar sin cesar. Una conciencia vacía es un taller de Satanás, pero una conciencia llena del Espíritu de Dios permite a Este guiarme usando los medios naturales de comunicación de la conciencia. Cuando esos medios de comunicación están taponados de mensajes desobedecidos, lo único que los destapa es la confesión y el perdón que Cristo logró derramando su sangre en la cruz Hebreos 9:14; 10:2, 22.
- Tenemos paz cuando nuestra relación con la conciencia es fluida y amigable. La conciencia es el "verdadero yo". La mente carnal es el "otro yo". En una persona normal, hay una conversación continua entre "el verdadero yo" y el "otro yo". Dios siembre tratando de convencernos a seguir el bien y nosotros argumentándole para desobedecer. Cuando el verdadero yo y mi yo carnal se ponen de acuerdo en obedecer a Dios, tenemos paz. Repito, ese diálogo es una continua oración. Hay muchas personas que no dialogan con su conciencia, están peleados con ella, ¡que es estar peleados consigo mismos! El verdadero yo nos hace notar lo que decimos o hacemos mal y le desobedecemos, vivimos enemistados con nosotros mismos. Esto es muy dañino para la salud emocional y espiritual y aún física.
- Una persona con conflictos interiores tiene problemas con todo el mundo y con la vida. Es quejosa, ve todo mal, los defectos, culpan a otros de su desdicha. No se da cuenta que el problema está dentro de su propio ser, tiene guerra interior. Por eso si echa a la suegra de la casa, se pelea con la esposa, si ella se va, se pelea con sus hijos, si ellos se van se pelea con su patrón o empleados, y terminará sola y amargada, porque en realidad está peleando consigo misma, su problema está en su interior. El secreto de tu felicidad no lo tienen tus padres, ni tu cónyuge, ni ningún otro, lo tienes tú mismo. Tenemos ponernos en paz con nosotros mismos. Tenemos que ser amigos de nuestra conciencia. La conciencia con Dios allí y nosotros debemos andar en armonía. Paz interior es estar en paz consigo mismo que es estar en paz con Dios.
- RECETA HUMANAS PARA LA PAZ INTERIOR
- Uno puede ir al psicólogo o psiquiatra por razones muy genuinas y los psicólogos pueden ayudar a mentes turbadas o a sentimientos heridos. Pero hay un sinnúmero de dificultades emocionales cuyas causas no son ninguna enfermedad, sino el pecado, la desobediencia a Dios. Los que van al psicólogo para escapar la culpa por su mal comportamiento, solo encontrarán un alivio pasajero, nunca una cura. El pecado es un asunto que va mas allá de las emociones, es un asunto espiritual, es un problema consigo mismo y con Dios, el creador de la conciencia.
- El secreto de la psicología es precisamente lograr que la gente tenga paz. Es importantísimo que el psicólogo sea Cristiano, de otra manera utilizará métodos que funcionan por corto tiempo y no curan. Hay psicólogos que sin ser Cristianos, cuando se dan cuenta que la persona tiene un problema espiritual, los envían a una Iglesia y a un Pastor. Pero otros tratarán de darnos paz aprobando lo que está mal para que no nos sintamos culpables y tengamos cierta paz. Hay psicólogos que aconsejan sexo a los solteros, otros son muy prontos a aconsejar el divorcio, el aborto, y otros escapes superficiales a los problemas. El único que va a la raíz verdadera del problema espiritual es el Espíritu Santo en la conciencia, un psicólogo bien Cristiano, o un pastor.
- La psicología barata tratará de suavizar el mal. Dirá que lo que usted está haciendo no es tan malo, que en la sociedad moderna todos lo hacen y que esa es la nueva moral donde todo es relativo. Pero nuestra conciencia, dada por Dios, tarde o temprano nos volverá a reprender, porque los principios morales de Dios son Universales y Eternos. La paz que da la psicología barata no es duradera porque procura que uno se engañe a sí mismo. Para tener esa paz uno debe vivir engañado Isaías 5:20. Otros en casos más graves recetan pastillas para hacernos olvidar de nuestra culpabilidad y así esquivar la verdadera solución. Eso tampoco dura mucho. Si la culpabilidad es por causa del pecado, entonces hay que solucionar el problema del pecado.
- Decir: "Bueno…todos los comerciantes roban", o "…todos los abogados mienten", o "…todos los jóvenes modernos tienen sexo antes del matrimonio", o decir "…a todos se nos escapan mentirillas, y… hay mentiras de necesidad", ¡eso no es la solución! Tampoco es la solución decir que todo es relativo, que las circunstancias deciden, que el fin justifica los medios. Que robar por necesidad está bien. Que mentir por necesidad también, mentir en la declaración de impuestos, etc. es lo normal, que "todos lo hacen. Todo eso va carcomiendo la conciencia y llega el día que somos unos simples inmorales.
- LA VERDADERA TERAPIA
- El primer paso para la verdadera cura es no esquivar la realidad, la verdad, no debemos excusarnos ni justificar el mal. Debemos llamar a las cosas por su nombre. No decir: "tengo algunas debilidades", o "es el único vicio que tengo", nadie es perfecto, o "errar es humano", o soy como todos. ¡Esto no soluciona nada! El verdadero comienzo es decir la verdad: "Mi vida es una vida de Pecado. Yo vivo desobedeciendo a Dios. Estoy muy mal. Necesito un cambio radical, un nuevo nacimiento, esta vieja manera de vivir por una manera nueva. Necesito cambiar esta vieja persona por una persona nueva, soy un pecador." El primer paso es llamar a las cosas por su nombre: el pecado es pecado.
- Si vamos al consultorio donde Dios es el psiquiatra, Él enfrentará la realidad, nos dirá: "su vida está perdida, lo que hace está mal, es pecado, usted merece el infierno eterno. Pero… yo tengo la cura perfecta y total ¡LO PUEDO PERDONAR! DARLE UNA VIDA NUEVA, con una conciencia limpia y sana llena de mi Espíritu Santo para que lo guíe y le dé fuerza para vencer las tentaciones. Y no se aflija, si tiene un accidente de pecado, venga, confiésemelo, y cada vez le perdonaré y ayudaré a ser la persona que usted siempre deseó ser." Dios no engaña, nos dice la verdad, pero como es nuestro Padre y nos ama, nos perdona, nos cura, nos cambia el corazón y nos da la Vida Eterna.
- Todo esto es posible gracias al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Dios decidió perdonarnos y el Hijo decidió pagar por todas nuestras faltas en la cruz y el Espíritu Santo vino a guiarnos desde adentro. El pecado es grave, no puede ser ignorado ni subestimado, causó que Cristo deba ir a la cruz. Dios no trata de hacer que el pecado no parezca pecado, sino que lo trata de frente, Jesús lo paga en la cruz y el Espíritu Santo nos comunica que estamos perdonados. Nuestros pecados son limpiados por la sangre de Jesucristo. Cristo sufrió la consecuencia de nuestra culpa y pagó nuestra condena. Por la Sangre de Cristo somos perdonados. La Sangre de Jesucristo Es la única cura total, radical y perfecta para el pecado. Esto es la gracia de Dios. No condona, sino que denuncia y desenmascara la realidad del pecado, para luego perdonarlo totalmente. Es un tratamiento realista, honesto y de cura total.
- Cuando creemos a Dios y le damos nuestro ser interior para que lo habite, quedaremos limpios como un niño. Nuestra vieja vida quedará crucificada y enterrada. Comenzaremos una vida nueva, con una nueva conciencia, llena del Espíritu Santo que nos guiará a obedecer a Dios Ezequiel 36:26-27. Nosotros también nos perdonaremos y haremos la paz con nosotros mismos. Comenzaremos a caminar de la mano de nuestra conciencia habitada por el Espíritu Santo Juan 14:15-18. El Espíritu Santo a través de nuestra conciencia nos guiará por la senda del bien Juan 16:7-15; 14:26 y seremos felices, tendremos paz.
CONCLUSIÓN
Jesús dijo: "Mi paz os dejo, mi paz os doy, no como la da el mundo" La paz del mundo viene de afuera. Es el resultado de circunstancias externas favorables. Pero cuando algo anda mal afuera, se acabó la paz adentro. En cambio la paz de Jesús es de adentro hacia afuera y es más poderosa que los embates de las circunstancias desfavorables. Es una paz "que sobrepasa todo entendimiento" Filipenses 4:7. No importa lo que suceda afuera. No es paz por falta de luchas sino paz en el medio de la lucha. Es paz dentro del horno de fuego y dentro del foso de los leones. Es una paz que nadie nos puede quitar porque no solo está adentro nuestro sino que nace de adentro. Donde un creyente va, lleva esa paz y la irradia a otros. Vayamos al mundo impartiendo paz como nos mandó el Señor. La fuente de esta paz es Jesús Juan 4:13-14; 6:38. No depende de agentes externos. Cristo en la cruz pagó por todos nuestros pecados pasados, presentes y futuros para que podamos tener perfecta paz en la conciencia. Si la sangre de Jesucristo es suficiente para Dios y para el Diablo, también tiene que ser suficiente para ti.
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INVITACIÓN: Ven, acércate a Dios, reconoce que eres pecador y que le necesitas. El te perdonará, te dará una nueva conciencia y te transforme en una persona nueva.
ORACIÓN: Señor, quiero tener paz. Dame una nueva conciencia, un nuevo "yo", y seré amigo de mí mismo, obedeciendo la voz de mi verdadero yo, que serás tú en mí, Amén.
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