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Ponga la Palabra en abundancia en su corazón ahora, para que cuando la necesite fluya con poder.
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Bienaventurado el hombre que teme a Jehová, y en sus mandamientos se deleita en gran manera. No tendrá temor de malas noticias; su corazón está firme, confiado en Jehová.
– Salmo 112:1,7
Los que se forman el hábito de deleitarse en la Palabra de Dios tendrán un corazón firme, podrán hacer frente a las calamidades sin perder su firmeza y sabrán qué hacer antes de que estas lleguen y saldrán victoriosos. Esa clase de creyentes no perderán en la vida.
Lo lamentable es que la mayoría de los creyentes esperan hasta que estén ante alguna calamidad para empezar a afirmarse en la Palabra, esperan hasta que estén entre la espada y la pared. Entonces es cuando se vuelven muy espirituales y empiezan a ayunar y a orar, pero luego se dan cuenta de que han empezado muy tarde.
Es como el hombre que al descubrir a un ladrón en la casa empieza a levantar pesas para desarrollar sus músculos y poder hacer frente al ladrón. Por supuesto que de esa manera no logrará nada. Si hubiera estado haciendo ejercicios en vez de mirar la televisión, habría estado preparado. Pero a como están las cosas ahora, él será fácilmente derrotado.
Apague la televisión, apague las distracciones del mundo y encienda la Palabra para que su corazón esté firme y preparado para cuando el diablo llegue a allanar su casa. Hoy es el tiempo propicio para empezar a afirmarse en la Palabra de Dios.
"Sin depósito, no hay devolución"
¿Está usted preparado para hacer frente a alguna crisis? No espere hasta que la crisis lo tome por sorpresa para saber si está o no está preparado, prepárese ahora mismo.
Eso es lo que una pareja de socios colaboradores hizo. Estaban ante una situación que le hubiera puesto los pelos de punta a cualquiera. Pero cuando la crisis los golpeó, sus corazones estaban tan afirmados en la Palabra de Dios que su reacción inmediata fue de fe, no de pánico.
Lo que más me impresionó cuando oí su testimonio fue algo que dijeron varias veces: "Sin depósito, no hay devolución". Lo que estaban diciendo es que si uno no se toma el tiempo para depositar la Palabra en el corazón, esta no estará allí más tarde cuando la necesite. Usted terminará lleno de duda y en crisis, en vez de fe y del poder que necesita para salir adelante. Una situación como la que enfrentó esta pareja podría ser desastrosa para usted.
El hijo de dos años de esta pareja había sufrido una caída que le había fracturado el cráneo y lesionado seriamente el cuello. No sentía nada en los brazos ni en las piernas y no podía moverse. Sin embargo, cuando se lo llevaron para la sala de urgencias, ellos se sintieron inundados de una gran paz. En lugar de lamentarse y llenarse de temor, se pusieron a orar con fe, diciendo: "Por las heridas de Jesús, nuestro hijo es sanado".
Efectivamente, en pocas horas, el niño fue restaurado por completo. Aun las radiografías comprobaron que había ocurrido un milagro.
Lo que hay que entender de esta experiencia es que la victoria no se obtuvo cuando desaparecieron las lesiones del cuerpo del niño, sino en los días, las semanas y los meses anteriores cuando los padres estaban oyendo mensajes, estudiando la Palabra y orando en el Espíritu. La victoria se obtuvo porque ellos se habían tomado el tiempo para edificarse en la Palabra, y cuando llegó la crisis, pudieron estar firmes.
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